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5 reglas para volver a la guardería sin llorar después de Navidad

Volver a la escuela después de las vacaciones de Navidad no es fácil. Estas son algunas reglas simples para ayudar a los niños a superar el distanciamiento de sus padres y a retomar el ritmo normal de la vida.  

Saludar a Santa y a la Befana, comer las últimas rebanadas de panettone y pandoro, los padres se preparan para volver a la oficina y los niños para volver a la escuela. Pero después de pasar semanas en familia entre juegos, mimos y ataques continuos, el regreso a la vida cotidiana no es fácil.

Volver a la rutina puede ser una fuente de ansiedad y estrés, especialmente para los más pequeños. El regreso a la guardería plantea en algunos casos el problema de la separación de papá y mamá.

Algunas reglas simples pueden ayudar a las familias a manejar la recuperación sin ansiedad ni lágrimas.

Acabamos con el miedo a volver a la escuela

Ante un problema potencial, siempre es mejor adelantarse. Con algunas medidas se reducen al mínimo las complicaciones y temores relacionados con el retorno al asilo.

  1. ¡Nada de culpas!

Algunas concesiones durante Navidad no hace daño. Ver un poco más de dibujos animados por la noche. Comer algunos dulces extras. Dormir en la cama con mamá y papá. Lo importante es no exagerar y aclarar bien a los niños que se trata de excepciones.

  1. No alterar los hábitos

Algunos "romper la regla" está bien. Adoptar comportamientos totalmente diferentes de lo normal no. Volver atrás es complicado. Además, los niños necesitan regularidad. Trate de tener y mantener una rutina incluso en las vacaciones.

  1. Crear expectativas positivas

La próxima vuelta a la escuela a menudo genera ansiedad en el niño. Puedes ayudar a crear una expectativa positiva. Recuerden a los niños los juegos y actividades que hacen en la guardería. O hablen de sus amiguitos y amiguitas que pronto volverán a abrazar. 

Día 1: No cunda el panico

Los primeros días de recuperación son los más duros. La nostalgia de los bonitos días pasados con toda la familia se entremezcla con la necesidad de retomar la vida cotidiana. 

  1. Una salida gradual

Para los grandes reanudar el ritmo es relativamente fácil. Para los pequeños no. Reinicie con calma. Adelantar el despertador para evitar tener que hacer todo de prisa. Desayunar todos juntos. Si es posible, trate de reducir los compromisos de los niños y su tiempo en la escuela.

  1. No se muestre ansioso o preocupado

Si mamá y papá están nerviosos, agitados o tristes, a los niños les será más difícil verlos irse. Mostrad tranquilos y sonrientes. Esto les ayudará a afrontar con mayor serenidad la separación temporal.

  1. Sin promesas y premios al final del día

Al ver a sus hijos en lágrimas, la tentación de una última concesión es fuerte. "No llores: esta noche mamá te hace dormir en la cama". "Haz una sonrisa que papá te hace un buen regalo". Sin embargo, se corre el riesgo de crear un hábito difícil de quitar. Saludad a vuestros hijos con una sonrisa y un abrazo y dejad que el resto lo hagan las educadoras y los educadores.

¿Y están listos para volver a la escuela?

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